El emplazamiento inicial de los jugadores de Zinedine Zidane fue 1-4-1-3-2, sin variar en fase defensiva. El pivote fue Casemiro, que permutaba su posición con Kroos en el inicio de juego y equilibraba la línea anterior o posterior cuando la situación lo requería en fase defensiva. El alemán junto con Modric, eran los primeros en iniciar el acoso a los principales receptores del Liverpool, en zona de inicio y creación rival.
En el inicio del juego del Liverpool y durante la primera mitad, la intención de la primera línea de presión de los Reds, era la de dificultar a la primera línea de construcción rival sus primeras relaciones en campo propio. Además Cristiano y Benzema estaban en vigilancia defensiva para fijar a los laterales, o incluso activar lo más rápido al posible el contragolpe. Isco era el encargado de equilibrar a esta primera línea, si era sobrepasada.